miércoles, 5 de mayo de 2010

Hubert Czerepok - “Nie tylko dobro przychodzi z gory”


Hubert Czerepok - “Nie tylko dobro przychodzi z gory” (No sólo lo bueno viene de arriba) – 2008.

Hubert Czerepok (nacido en 1973) se graduó en la Academia de Bellas Artes de Poznan 1999. En 2001, participó en el programa de investigación en la Academia Nacional de Bellas Artes en Oslo, en 2002-2003, estudió en la Academia Jan van Eyck (post-académica del Instituto de Investigación y Producción de Bellas Artes, Diseño y Teoría de Maastricht) y en 2004-2005, en el Instituto Superior de Bellas Artes, Amberes. En 1998-2001, junto con Sławek Sobczak que ejecute la Galería ON (Poznan). En 2000-2002, junto con Zbigniew Rogalski formó pareja artística del Magister.

Su trabajo se desarrolla en diversos medios de comunicación, video, dibujo, material encontrado cinematográfico, instalaciones, proyectos multimedia y actividades en espacios públicos.

El artista se preocupa por temas referidos a la comunidad artística y sus mecanismos, los factores que determinan el comportamiento humano o el análisis de los espacios públicos.

En su obra emplea a menudo elementos de las teorías de conspiración, utilizando las coberturas de los medios de comunicación como fuente de inspiración.

La obra: “Nie tylko dobro przychodzi z gory” (No sólo lo bueno viene de arriba) del 2008, fue presentada durante el festival: “Supervivencia”, Revisión del Arte Joven en condiciones Extremas.

Como finalidad, el festival de “Supervivencia”, tenia la idea de mostrar la obra de arte en espacios públicos, concretamente en el “Distrito de la Tolerancia” en la ciudad polaca de Wroclaw.

La obra de Czerepok fue suprimida antes del inicio del festival, “gracias” a el rabino; Yitzhak Jaim Rapoport, de Wroclaw. Se refirió a la obra como antisemita, cosa que afecto a los organizadores y tomaron una decisión sobre su desmantelamiento.




El uso de la iconografía, que está directamente relacionado con el fascismo, nos obliga a reflexionar sobre el problema después de Auchwitz, también en el problema de la memoria. Nos muestran el Holocausto, conocemos el Holocausto, de que nos sirve? ha servido en nuestro presente?

Muchos artistas trabajan con esta iconografía para indicar distintos tipos de opresión, la violencia de los sistemas simbólicos, la hipocresía que tantas veces encontramos en los discursos oficiales.

Mas perfidia e hipocresía la encontramos en el símbolo de: “Arbeit Macht Frei”, que sirve como elemento sugestivo, para que artistas como Czerepok replanteen nuestro presente.

Al parecer el lema que Hubert Czerepok, presenta mediante la forma del símbolo ya citado de los campos de concentración, es muy ambigua. Concretamente Czerepok realiza un extracto de la historia de la organización oculta Vrill, vinculada a la ideología nazi.

Otra lectura sería; si creemos que todo está en manos de “dios”, que todo es don suyo, entonces debemos aceptar que también viene de él la maldad, el mal inimaginable, el fascismo, el Holocausto ...

Esta obra esconde otras preguntas:
¿es o no posible creer en Dios después del Holocausto?
¿todavía podemos creer en la bondad?
¿diferenciamos el bien del mal?



La obra nos habla en la relación con los diferentes órdenes de poder, la violencia simbólica a la que estas órdenes son introducidas.

En un lenguaje cotidiano “los de arriba” simboliza el poder en el que estamos inmersos, así “Nie tylko dobro przychodzi z gory” (No sólo lo bueno viene de arriba) invita a la reflexión política-social.

Sobretodo el trabajo de Czerepok, es un aviso para estar atentos. Pues no se debe confiar en los gobiernos, poder… tenemos que tener una visión critica, para que la historia no se repita. Además es un aviso en el que otro sistema fascista podría instalarse sin darnos cuenta, en una supuesta democracia que delega en el capitalismo como sistema económico.

Podríamos decir que es definitivamente un trabajo anti-fascista. En cierto sentido, anarquista, subversivo, contra toda lógica iconoclasta. Pero desde un sentido positivo, ya que es un trabajo que obliga a dudar, y que nos hace reflexionar.

Lo peor es que esta obra como otras fueron censuradas. La tolerancia parece un eslogan vacío, y el poder simbólico, en este caso perpetrado por el rabino Yitzhak Jaim Rapoport, ha demostrado su fuerza.

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