CANOGAR, Daniel, Ciudades efímeras, Exposiciones Universales: Espectáculo y Tecnología, Madrid: Julio Ollero Editor, 1992, Pág. 66-69.
Parte en que se explica la mecanización del tiempo de ocio, como característica fundamental de la realidad de principios del siglo XX. La Noria de George Ferris fue el inicio del proceso que introduce el cuerpo humano dentro de un gran aparato tecnológico con la finalidad de divertirse.
Russel Nye, en su ensayo "Eight Ways of Looking at an Aumusement Park"(Ocho formas de ver el parque de atracciones) explica que los parques de atracciones "no eran un escapismo de la vida urbana, sino un viaje a una versión intensificada de esta, donde el individuo podía mezclarse con las mismas muchedumbres de la ciudad en un contexto diferente"
Contrasta esta excitación por las atracciones mecánicas de los usuarios muchos de ellos proletarios con la soledad y retraimiento emocional en las fabricas, donde tenían un elemento en común: LAS MAQUINAS. La cara divertida de la maquina.
"El humor tenía un efecto curativo sobre el publico ya que conseguía una domesticación psicológica de los procesos industriales"
MAQUINA/ENTRETENIMIENTO
"Con frecuencia, esta mecanización del tiempo de ocio busca una distorsión de la estabilidad sensorial del individuo. El vértigo, el susto y la velocidad comenzaron a ser ingredientes imprescindibles de los parques de atracciones en las exposiciones universales. El publico se sometía temerosamente a las diversas instalaciones mecánicas, para comprobar su progresiva adaptación al mundo de las maquinas"
"Las masas no acudía a las exposiciones universales para ser intelectualmente estimulados por nuevos conocimientos, sino para ser entretenidos y sorprendidos"
En 1915 se crea un diorama móvil en la Exposición Internacional de San Francisco.
Este diorama móvil consiguió entretener y educar a la gente simultáneamente.
"Los diseñadores de las muestras comenzaron a estudiar con mayor detenimiento los dioramas y panoramas mecanizados que tanto éxito tenían en las zonas de entretenimiento, para adaptarlas a los montajes mas importantes de una exposición universal"
Los pasajeros de estos dioramas viajan por un espacio imaginario. El diorama mecánico facilita una ordenación visual de la maqueta, imitando la experiencia cinemática.
Se explica que estos dioramas y panorámicas mecanizados no sobrevivieron por su alto coste y su complicado funcionamiento. El cine llega a una audiencia mucho mayor, en menos tiempo y con gastos infinitamente menores.
"Con el automóvil, el individuo y maquina quedan integrados física y conceptualmente en un todo indivisible, pero al juntarse con la dinámica de la maquina, el individuo se distanciaba somáticamente del entorno. El pasajero de un automóvil se relacionaba con el exterior de una forma exclusivamente óptica, es decir, como un espectador de la realidad. El parabrisas del automóvil equivalía a la pantalla de cine"
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