FINKELSTEIN, Norman G, La Industria del Holocausto, Madrid: Siglo XXI, 2002, Pág. 20, 21.
Las principales organizaciones judías intentaron por todos los medios, que NO se les relacionara con esos judíos con ideales socialistas, que reivindicaban el recuerdo de las victimas de los campos de concentración, así como la captura de los responsables políticos y militares.
"(…) las principales organizaciones judías se opusieron a la cooperación con los socialdemócratas alemanes, así como al boicot a los productos alemanes y a las manifestaciones contra los ex-nazis de viaje por Estados Unidos"
"deseosas de dar lustre a sus credenciales anticomunistas, las élites judías llegaron incluso a respaldar económicamente y a alistarse en organizaciones de extrema derecha como la Conferencia Panamericana para Combatir el Comunismo, y hacían la vista gorda cuando los veteranos de las SS nacionalsocialistas entraban en los Estados Unidos"
Las organizaciones judías ponían en el mismo saco a la solución final nazi y la política antisemita de los rusos.
Estas organizaciones judías denunciaron la invasión de Hungría en 1956, consideraban que era "el primer paso en el camino hacia un Auschwitz ruso".
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