KERTÉSZ, Imre, Dossier K, Barcelona: Acantilado, 2007, Pág. 127, 128.
Víctima y verdugo
En Yo, el verdugo, Berg “ofrece una apología del asesinato en masa (…) donde el hombre se libera de su personalidad y la disuelve en el papel de verdugo”
Kertész apunta que también es posible adoptar el papel de victima: “ Tal vez resulte atractivo ser, alternativamente, víctima y verdugo, apunta alguna vez Baudelaire en Mi corazón al desnudo”.
Adoptar tanto el papel de verdugo como el de victima es la liberación de la carga de la personalidad, la búsqueda del acto “químicamente puro” iniciando el verdugo “…en el camino redentor del asesinato en masa”.
“Un acto que no se deriva de las tendencias, del carácter o de la individualidad de la persona en cuestión, sino sólo de la situación, que domina el territorio como una potencia extraña”
“Según Berg, el hombre se ha vuelto superfluo en las dictaduras. Sólo accede a la gracia a través de lo que llama el – servicio – o el – servicio del orden -.
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